Cristina Sabio dijo citando a Borges, «existen personas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren todo el camino a nuestro lado viendo muchas lunas pasar, otras a penas se quedan hasta el cuarto menguante. A todas les llamamos amigos y hay muchas clases de ellos. Tal vez, los amigos sean como las hojas de un árbol. Los primeros brotes son nuestra familia, a los que encontramos al nacer y quienes nos enseñan lo que es la vida, más el destino nos presenta a otros amigos, a quien no sabíamos que íbamos a conocer, a muchos de ellos les llamamos amigos de corazón, son sinceros, son verdaderos, saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz. También existen los amigos por un tiempo, unas vacaciones, unos días o unas horas, de esos David tiene por tooodo el mundo».
Y es que desde muy pequeñito empecé a viajar. A los 11 años ya estuve en Londres, después París, Berlín, Venecia… ya me cansé de Europa y me fui a Ecuador, China, L.A. Cuba… y en una de esas, por casualidad acabé en Tailandia.
En realidad iba a Japón, pero justo ocurrió el desastre de Fukusima y cambié el destino. Como todo el mundo, pasé algún día en Bangkok y después me fui al sur, en el aeropuerto de Krabi me crucé con una tailandesa con la que compartí taxi. Venía de Suiza y parecía pijííísima, muy fría, borde y distante. Pero allí se quedó, antes de llegar a mi destino se bajó en su chalet y yo continué.
Horas después salí a cenar y tomar algo por ahí. Me llamó la atención un bar al aire libre muy exótico, una especie de Kiosko-chiringuito-terraza de donde salía una envolvente música en directo, suave, medio Jazz medio Reggae, con esas luces… muy atrayente. No me resistí y entré. Era el Amata Bar
Justo cuando me estaba acercando, HEY!!! HALLOOOO!! era la pija del taxi, pero… estaba muy cambiada, más simpática, con otra ropa más cómoda, no se, parecía otra persona. Allí estuvimos, me presentó a Pisit, el camarero, un tipo muy interesante que contaba unas historias increíbles y nos prepara los coktails más ricos y extraños que he probado en mi vida. También a Mee, uno de los miembros del grupo, muy sipático. Pasamos allí hasta que cerró y nos quedamos dentro hasta las tantas. Entonces resultó que ella, Ivy, era una chica majíííísima, encantadora.
Años después volví a Tailandia, esta vez con mi amiga Nerea. Fuimos hasta Krabi donde había quedado con mi amiga Ting que venía de China y que nos ibamos a reencontrar en Tailanda después de unos años para pasar unos días de vacaciones juntos.
En un hotel de Krabi quedamos con Ivy el reencuentro fue una alegría, les presenté a mis amigas y eneguida se creamos un grupo variopinto de amigos muy contentos y con muchas ganas de pasarlo bien.
Saliamos a cenar marisco, fiestas, reggae, reconditas y hermosas playas… pasamos unos días estupendos e inolvidables.
Seguro que hoy Ivy está en una de esas pasandolo en grande celebrando su cumpleaños y disfrutando de la vida como ella sabe.
Happy Birthday Ivy. Un placer haberte conocido, hoja de mi árbol.
(Intentaré traducirlo, para que lo pueda leer)
Cristina Sabio said, quoting Borges, «there are people who make us happy by the simple coincidence of having crossed our path. Some travel all the way to our side seeing many moons pass, others barely stay until the waning quarter. We all call them friends and there are many kinds of them. Maybe, friends are like the leaves of a tree. The first buds are our family, those we meet at birth and those who teach us what life is, plus fate presents us to other friends, whom we did not know we were going to meet, many of them we call friends of heart, they are sincere, they are true, they know when we are not well, they know what makes us happy. There are also friends for a time, a holiday, a few days or a few hours, those David has around the world»
And is that since I was very young I started traveling. When I was 11 I went to London, then Paris, Berlin, Venice … I got tired of Europe and I went to Ecuador, China, USA. Cuba … and in one of those, by chance I ended up in Thailand. Actually I was going to Japan, but just happened the Fukusima disaster and changed the destination.
Like everyone else, I spent some time in Bangkok and then I went south. In the airport of Krabi I came across a Thai woman with whom I shared a taxi. He came from Switzerland and looked very cute and distant. But there she stayed, before reaching my destination he got off at her house and I continued.
Hours later I went out to dinner and drink something out there. I was struck by a very exotic outdoor bar, a kind of kiosk-terrace where an enveloping live music came out, soft, half Jazz half Reggae, with those lights… very attractive. I did not resist and I entered. It was the Amata Bar
Just when I was approaching HEY !!! HALLOOOO !! She was the taxi’s girl, but… it was very changed, more friendly, with other more comfortable clothes, she looked like another kind of person. There we were, she introduced me to Pisit Kitclam, the waiter, a very interesting guy who told some incredible stories and prepared us the richest and strangest coktails I’ve ever tasted. Also to Mee, one of the members of the group, very nice and kind. We went there until it closed and we stayed inside until… Then it turned out that she, Ivy, was a really charming girl.
After 4 years we met again, we met again in Thailand, this time with Ting and Nerea. We went out to dinner seafood, parties, reggae, hidden and beautiful beaches… we had some great and unforgettable days.Surely today Ivy is in a party having a great time celebrating her birthday and enjoying life as she knows. Happy Birthday Ivy Kanitta. A pleasure to meet you, you are a leaf of my tree.
Ozzy 